El Sony Alpha Partner Diego Montoya es un artista de la imagen peruano que se ha especializado durante los últimos 10 años en fotografías de boda. A pesar de que comenzó en el mundo de la fotografía de productos y que ha viajado por todo el Perú, una vez que consolidó su unión con su esposa comenzó a hacer fotos de bodas que para él es toda una especialidad que conlleva mucha responsabilidad.
Para Diego, las fotografías de boda son una manera de expresarse y conectar con las personas para mostrar esos momentos especiales e irrepetibles con los que mediante su visión plasma detalles de una manera artística y contando una historia única pues cada pareja le representa un reto.
En esta entrevista, Diego nos cuenta sobre su vida, su trabajo fotográfico, su visión y sus proyectos presentes y futuros.
Si quieres conocer más sobre este talentoso Sony Alpha Partner, te aconsejamos seguirlo en sus redes.
Cuéntanos. ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la fotografía?
Cuando inicié, no podía creer que se podrían lograr los resultados que veía en la cámara. Yo empecé trabajando con mi padre, quien también es fotógrafo publicitario. Básicamente se enfocaba en fotografía de productos y me enseñó que de esta pasión se podía lograr tener una carrera exitosa.
Comentaste que tu padre era fotógrafo de productos. Sin duda tuviste ese referente y te adentraste en ese mundo publicitario. ¿Cómo llegaste al mundo de las bodas y qué te motivó a hacerlo?
Si, yo trabajé y acompañé a mi papá mas de 04 años en el estudio tomando fotos de productos. Era un ambiente bonito, aprendiendo y escuchando su música. Los clientes siempre buscaban su ojo y yo me enfocaba en observar y absorber todo lo que podía escuchando sus consejos. Sin embargo, siempre fue importante para mí el querer hacerme un nombre propio, estar más en mi onda. Me fui dando cuenta que lo mío no eran tanto los retratos de productos, sino disfrutaba mucho más el conocer y conversar con gente. Siempre he sido una persona muy sociable y la verdad que en el estudio me faltaba esa cuota de humanidad. Esto me llevó a arrancar con eventos para distintas marcas, trabajar en un colegio y poco a poco hacer eventos como bautizos, cumpleaños, matrimonios civiles y así poco a poco fue que llegué a los matrimonios religiosos y todo ese mundo que ahora disfruto tanto.
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La fotografía de bodas requiere mucha responsabilidad además de habilidades y talentos. Cuéntanos, ¿Cómo abordas cada pareja desde el punto de vista fotográfico y cómo es tu proceso o flujo de trabajo?
Después del primer contacto, siempre los agrego a redes sociales. Uno puede sacar mucho de ahí y estudio un poco cómo son y qué personalidad tienen. Luego, romper el hielo en la sesión de pre boda es súper importante ya que son ellos conmigo y la cámara por primera vez. Ahí ya nos conocemos personalmente, les enseño un poco algunas poses y ellos se dan cuenta que el trabajo es fluir y retratarlos también siendo ellos mismos de una manera más espontánea. Estas sesiones realmente ayudan a que en el día del matrimonio todo fluya mucho mejor y no estén tensos con la cámara.
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¿Cuál es tu cámara y objetivos favoritos?
La Sony a7r IV es mi favorita. La calidad que tiene es una locura y tiene el tema del seguimiento de enfoque o detección de ojos que nunca antes había visto.
El lente definitivamente sería el Sony 35 mm GM 1.4. El foco rápido que se puede obtener con poca luz es una maravilla.
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¿Cómo definirías tu estilo fotográfico y en qué te diferencias del resto de los fotógrafos de boda?
Siento que hago un tipo de fotografía elegante. Me importa tener la foto “perfecta” desde la misma cámara, busco que todos los detalles estén bien desde la misma toma de fotos. Podría decir que soy medio obsesivo con eso, pero esto permite que la edición realmente sea natural. Una de las cosas mas importantes para mi es que los novios sientan que son lo más importante del lugar/momento.
Siento que la mayor diferencia que tengo con el resto de fotógrafos es mi personalidad. La verdad que puedo llegar a ganarme a una pareja desde los primeros 05 minutos. Algo que siempre me repiten es que se sienten bien cómodos siendo fotografiados y trato de hacer del momento uno divertido y con full risas…
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¿Qué le recomendarías a los jóvenes fotógrafos que quieren comenzar a dedicarse al mundo de la fotografía de bodas?
Mi mayor recomendación sería que pasen por todo tipo de eventos antes de llegar a un matrimonio. Para trabajar en esto ya hay que tener cierta experiencia porque estás retratando uno de los mejores días de la vida de los novios y con eso no se puede jugar.
Entender que esta es una profesión y hay que tomarlo como tal. Hay que ir descansado y mentalizado ya que las coberturas son jornadas largas y hay que darlo todo por sus clientes. Es muy importante guardar la compostura siempre ya que el boca a boca es bien fuerte en este rubro.
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Además de la fotografía de bodas, ¿Qué otros tipos de fotografía te gustaría hacer y qué proyectos a futuro tienes en mente?
Amo la fotografía de paisajes, hacer largas exposiciones con trípode y perderme en la naturaleza. Es algo que no lo hago hace un tiempo por falta de espacio en mi agenda, pero así fue que realmente me enamoré de la fotografía.
El proyecto a futuro es hacer un libro de retratos de la belleza de todas las ciudades peruanas.
Cada boda es una historia diferente. ¿Cuál ha sido una de tus bodas más memorables y cuéntanos alguna anécdota memorable?
Recuerdo una boda en la que una pariente muy cercana a la novia había fallecido recientemente y todos estaban notablemente dolidos, pero la novia se encargó de sacar fuerzas, de brillar, de dedicarle unas palabras muy bellas a su mami. Esto fue justamente en el Valle Sagrado en Cusco, un lugar con muchísima energía y el día de principio a fin simplemente se sintió mágico. Había sido un día lluvioso, pero en cuanto la novia entró a la ceremonia salió el sol. Hubieron lagrimas, risas y muchooo baile. Los invitados, la familia, los novios y nosotros realmente dejamos todo en la cancha. Todos queríamos lo mejor para ellos.
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¿Cómo abordas a las parejas tímidas que están preocupadas frente a tu lente?
Hay que ser medio payaso, y siempre me a gustado serlo…Así que me sale natural hacer reír hasta al más tímido, y así se nota en las sesiones que las sonrisas son genuinas. Ayuda muchísimo la personalidad del fotógrafo y el saber guiarlos y ayudarlos a soltarse.
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¿Qué aspectos consideras al elegir un lugar en términos de oportunidades o limitaciones para un photoshoot?
La verdad es que me enfoco siempre muchísimo más en las parejas que en el lugar, por eso juego mucho con la apertura abierta. Lo que si, siempre cuido que las sesiones sean en la mañana o acabando el día porque la luz es más linda, menos fuerte. Hemos tenido sesiones en jardines, dentro de un departamento, en lugares pequeños y grandes pero ahí esta el talento de cada uno para sacarle el jugo a las parejas y usar la creatividad. Si a eso se le suma un spot alucinante, pues salen fotones asegurados.
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¿Cómo eliges qué imágenes compartes con los novios?
Yo siempre digo que no me guardo nada para mi, siempre entrego más de lo que dice el contrato. Si la foto está bien iluminada, sin expresiones feas o muecas, en foco o es un momento bonito captado, la entrego. Siempre digo: que hago yo con tus fotos en mi disco?
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¿Cuál es el lugar de tus sueños para fotografiar una boda?
Definitivamente La Habana, Cuba, dentro del centro histórico… siempre he tenido el sueño de tener un matrimonio en esa ciudad. Yo me comprometí ahí y esa ciudad tiene algo mágico que me fascina.
